Al
principio de la actividad se nos dio una breve introducción y algunas políticas
que debíamos seguir, así como unos ejemplos para poder estar preparados para el
concurso. Lo más difícil que se nos presentó fue el poder concentrarnos y
actuar como equipo, era la primera vez que trabajamos juntos en una competencia
de este tipo, la emoción de los demás equipos y nuestra inexperiencia fue un
factor que influyó en nuestro desempeño, pero no es excusa. La falta de uso del
lenguaje Python también fue un obstáculo porque había partes de la sintaxis que
no las teníamos tan claras y causo un enorme retraso en cuanto a poder
implementar nuestras soluciones a los problemas. Cuando nos empezamos a
organizar las cosas empezaron a ir mejor y a fluir. No llevábamos el mejor
ritmo pero sabíamos que podíamos acabar la mayoría de los problemas en el
tiempo pactado.
Entre los problemas con menor grado de dificultad se encontraban el número 2 y
el número 3, problemas donde el equipo logró concretar estos programas sin
mayor dificultad, entre los más difíciles se encontraban los últimos 3, en
particular, el problema del perímetro con los asteriscos donde, además del
agotamiento que cada uno presenciaba, la presión por acabar el problema antes
de que la plataforma se cerrara fue factor.
En general, el concurso fue una dura prueba, pero para nada desagradable, la
satisfacción que uno presenciaba al lograr la solución de cada problema fue
algo que sin duda ninguno de nosotros cambiaría por nada. Lo que más nos gustó
de este concurso fue la manera en cómo se implementó la competencia, dejando
como máximo tres integrantes para poder solucionar siete problemas que a su vez
cargaban la presión del tiempo porque entre más nos tardábamos menor
posibilidad de obtener una buena puntuación teníamos.
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